Chione cancellata, la almeja tramada

La familia Veneridae engloba más de 500 especies que se distribuyen por los mares de todo el mundo. Una de estas especies es la Chione cancellata, un bivalvo cuya distribución se limita a mares templados, dada su baja tolerancia a temperaturas frías.

Ejemplares de Chione cancellata, cortesía de Tania Molero

Los ejemplares de la imagen fueron recogidos en Playa Holbox, en el estado de Quintana Roo, península del Yucatán, México, si bien está presente en todo el Golfo de México, el Mar Caribe y parte de la costa nordeste de Brasil.

Su principal característica física consiste en una serie de costillas finas transversales que aumentan en número conforme crece el ejemplar, y que pasan sobre unas costillas onduladas longitudinalmente, lo cual les confiere una disposición de trama muy característica. Dichas costillas transversales pueden dificultar la excavación de los fondos arenosos en que vive, sobre todo cuando son muy pronunciadas. En cambio también proporcionan un buen agarre mientras están enterradas.

Los colores externos suelen ser blancos con texturas marronosas o violáceas. Estos tonos violetas pueden darse también en el interior, a veces con disposición de zig-zag.

La Chione cancellata es una especie moderadamente eurihalina, ya que soporta aguas de un amplio rango de salinidad. Como la mayoría de ejemplares de la familia Veneridae es una especie comestible, aunque en las zonas en que abunda hay otras especies más apreciadas gastronómicamente porque, a pesar de no tener un sabor tan fino, son de mayor tamaño.

Las mareas, ¿por qué el mar sube y baja?

Las mareas son los movimientos cíclicos que experimentan las aguas marinas debido a la interacción de la fuerza gravitatoria de la Luna y el Sol con las masas de agua. Estas masas hídricas se alejan o acercan a los astros debido a la atracción que sufren ante ellos, siendo la de la Luna 2,3 veces superior a la del Sol. El efecto producido es una continua variación del nivel del mar.

Se denomina pleamar al momento en que el nivel del mar está en su punto más alto, y bajamar al punto en el que está más bajo. Estas variaciones del nivel del mar se producen formando ciclos repetitivos. Pero, ¿cómo son estos ciclos y cuánto duran?

En el gráfico siguiente se puede ver cómo se forman las mareas. El efecto gravitatorio de la Luna atrae la gran masa de agua marina en su punto más próximo, produciendo una subida de la marea en dicho punto. Esta subida se denomina marea sublunar.

El el gráfico se ve cómo la Luna influye en la atracción de las aguas de la Tierra, generando mareas altas en la zona más próxima, pero también en la cara opuesta de la Tierra.
Formación de las mareas (Click para agrandar)

Sin embargo, si observamos el mar podremos ver que cada día hay dos pleamares o bajamares. ¿Por qué? Viendo el gráfico anterior se observa que la subida del mar no solo se produce en la zona de influjo de la Luna, sino también en la cara opuesta de la tierra. Es lo que se denomina marea antipodal. Esta subida del nivel del mar se produce por la fuerza centrífuga que la propia Tierra genera con su rotación, pero la intensidad va a depender siempre de la marea sublunar. Por tanto en un solo día un mismo punto se verá afectado por dos pleamares, una sublunar y otra antipodal, y sus respectivas bajamares.

¿Y estas variaciones se producen siempre a la misma hora? Muchísima gente piensa que si va cada día a la misma hora a ver el mar encontrará el mismo nivel, ya que las mareas tienen un ciclo de 24 horas. Sin embargo esta creencia es falsa, porque los ciclos mareales son más largos, dado que no se basan en el día terrestre, sino en el lunar. La alineación de la Luna con la Tierra se produce cada 24h 50m 28s. Esta es la duración del día lunar.

El siguiente gráfico muestra cómo es un ciclo mareal. Desde la bajamar hasta la pleamar hay un lapso de tiempo de 6h 12m 37s (la cuarta parte de un día lunar). Por tanto entre dos pleamares o dos bajamares hay 12h 25m 14s (la mitad de un día lunar).

El el gráfico se muestra una senoide que representa las variaciones del nivel del mar con las mareas. El punto alto es la pleamar, el bajo bajamar.
Ciclo mareal y mareas vivas y muertas (Click para agrandar)

Pero, ¿Y el Sol? ¿Cómo influye en las mareas? Como se ha dicho, la fuerza gravitatoria del Sol es 2,3 veces menor que la de la Luna, pero también afecta sobre las mareas. En la parte derecha del gráfico anterior vemos cómo es esta afectación. Durante la sizigia, cuando la Luna está alineada con el Sol y la Tierra (fases llena y nueva), la fuerza de gravitación se multiplica, dando lugar a mareas más altas. Cuando las mareas alcanzan una diferencia máxima entre pleamar y bajamar se dice que hay una marea viva. Por contra, si el Sol y la Luna no están alineados (fases creciente y menguante) la fuerza gravitacional disminuye notablemente. Cuando las mareas alcanzan una diferencia mínima entre pleamar y bajamar se dice que hay una marea muerta.

Además, la cercanía del Sol a la Tierra también influye. Así pues durante el perihelio, momento en que el Sol está más cerca de la Tierra, las mareas son más intensas.

¿Cómo afectan las mareas a las playas y costas? Principalmente de dos maneras. El gráfico que hay a continuación refleja cómo un mismo cambio de marea (en este caso 1m de altura) puede afectar de forma muy diferente a dos playas según su inclinación. Una playa más inclinada tendrá menos afectación que una playa horizontal, ya que el recorrido que salvará el agua desplazada será mucho mayor en el segundo caso.

Afectación de las mareas en las costas

La corriente de arrastre es otro fenómeno que puede afectar a las playas y costas. Se dice que se produce una corriente creciente cuando el mar tiende de bajamar a pleamar: la corriente va hacia la costa. Se dice que se produce una corriente vaciante cuando el mar tiende de pleamar a bajamar: la corriente va mar adentro. En días de mareas vivas la corriente de arrastre en ambos sentidos es mayor, ya que se desplaza mucha más agua en el mismo lapso de tiempo. En días de mareas muertas obviamente sucede lo contrario. El movimiento de las corrientes no es totalmente perpendicular a la playa, sino que describe una elipse debido a la fuerza de rotación de la Tierra.

El caso concreto del Mediterráneo.

Al ser un mar cerrado, el Mediterráneo está poco afectado por las mareas, ya que el Estrecho de Gibraltar tiene un ancho insuficiente para dar entrada y salida a tantísima agua proveniente del Atlántico en tan breve espacio de tiempo. Además, es un mar relativamente pequeño como para que la Luna ejerza una atracción voluminosa sobre sus aguas. Por eso tenemos unas mareas tan pequeñas. En otros lugares del mundo el nivel puede variar más de 10m.

NOTA AL MARGEN

Si eres una persona apasionada del mar y quieres saber en qué estado se encuentran las mareas en todo momento existen relojes que lo indican en su pantalla. Por ejemplo, yo tengo este Casio W-S210H-1A, que muestra tanto las pleamares y bajamares como las mareas vivas y muertas.

Foto del reloj Casio W-S120H
Casio W-S210H-1A indicando una pleamar de marea viva

Igualmente indica las fases lunares. Únicamente se programa una vez introduciendo el punto en el que te encuentras, con lo que ofrecerá las indicaciones con respecto a ese punto.

Haliótidas, unas orejas muy elegantes

Los moluscos de la familia Haliotidae comprenden más de cien especies diferentes, y todas ellas guardan ciertas semejanzas. Se les conoce vulgarmente como orejas de mar debido a la forma de su concha. La concha de las haliótidas es muy llamativa, y aunque el exterior es tosco (de colores en algunas especies), el interior es de un intenso nacarado iridiscente. En un lateral presenta entre 4 y 10 orificios por los que el animal expulsa agua en caso de peligro. Tiene tres espiras dextrógiras y carece de opérculo.

Haliotis tuberculata tuberculata (Exterior) – © Hans Hillewaert

Las haliótidas pueden alcanzar un gran tamaño y son apreciadas en el mundo culinario, lo cual ha supuesto su protección en algunos países por considerarse una especie amenazada. Vive en mares cálidos de todo el mundo, a una profundidad de entre 5 y 30m, aunque hay especies que llegan hasta los 100m. Se aferran al sustrato rocoso fuertemente mediante su pie musculoso y a menudo están recubiertas de las algas adyacentes.

Interior nacarado iridiscente de una haliótida

Las haliótidas se alimentan de diatomeas cuando son jóvenes (unas pequeñísimas algas unicelulares), y de algas más grandes cuando crecen. Uno de los enemigos naturales de estos animales son los caracoles perforadores, como por ejemplo el Caracol luna (Neverita josephinia), que puede taladrar la concha para devorar el molusco de su interior.

Pholadidae – Pholas dactylus, una almeja luminiscente

El mar tiene secretos que se hacen visibles por la noche. Algunos de estos secretos son los organismos bioluminiscentes, que gracias a unas enzimas generan luz visible en la oscuridad. Buen ejemplo de ello es este molusco, Pholas dactylus.

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Ejemplares de Pholas dactylus, Delta del Ebro, Tarragona, España

Se trata de un bivalvo marino de la familia Pholadidae, de valvas no oclusivas, es decir, cuando se cierran dejan espacios abiertos. Sus conchas son muy frágiles y ricamente ornamentadas, en tonos generalmente blancos amarillentos o grises. Por la parte posterior posee una fina y delicada protuberancia, como puede verse en la siguiente imagen.

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Interior de la concha de un ejemplar de Pholas dactylus

Este animal vive en terrenos arenosos excavando agujeros en rocas blandas, lo cual recuerda a especies como la Lithophaga lithophaga o dátil de mar (Mytilidae y por tanto pariente del mejillón), en peligro de extinción por culpa de los malos buceadores que destrozan ecosistemas para sacarlos de las rocas. También puede excavar en madera, como ocurre con el Teredo navalis (Teredinidae).

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Orificios en roca producidos por Pholas dactylus

Pero sin duda la característica más curiosa de este molusco es su luminiscencia. Enzimas como la luciferina reaccionan con el oxígeno generando un intercambio que produce luz, al igual que ocurre en insectos como las luciérnagas. Estos procesos de bioluminiscencia se dan en unas 17 especies de insectos, pero llega a estar presente en más de 700 especies marinas.

Curiosamente, el molusco Pholas dactylus es fotosensible y en presencia de luz cierra su concha. Se dice que en otros tiempos la ingesta de este molusco era propia de clase alta, y que en gran cantidad resultaba en una curiosa luminiscencia bucal. ¿Realidad o mito?

Holothuriidae, pepinos en el mar

El mar encierra infinidad de curiosos animales, de las formas y colores más variados. La familia Holothuriidae engloba más de 180 especies de lo que conocemos vulgarmente como «pepinos de mar», pertenecientes al filo Echinodermata, al igual que las estrellas de mar o los erizos de mar.

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Pepino de mar vivo encontrado en las costas de Tarragona

Aunque su aspecto puede parecer poco agraciado ciertamente el pepino de mar es un animal muy curioso. A simple vista no resulta lógico que sea pariente de las estrellas y erizos de mar, ya que no tiene simetría pentarradial. Sin embargo internamente sí la tiene, y sus órganos son siempre múltiplos de 5. Los pepinos de mar pueden medir hasta 40cm y suelen vivir en terrenos fangosos, protegidos en praderas de Posidonia oceanica o zonas de algas, y frecuentemente cerca de la orilla en zonas rocosas.

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Holothuriidae vivo fotografiado en una playa de la provincia de Tarragona

Tienen en un extremo la abertura bucal, por la que pueden expulsar un chorro de una substancia mucosa como defensa, y en el otro extremo la abertura anal. Come pequeñas algas y detritos que filtra con unos pequeños tentáculos que salen de su boca. Dichos tentáculos pueden tener formas muy diversas según la especie.

Se desplazan mediante movimientos sinuosos o bien con el uso de pequeños tentáculos que hacen de pies, como ocurre con las estrellas de mar.

En el siguiente vídeo, grabado en L’Hospitalet de l’Infant, Tarragona, puede verse la boca de un ejemplar vivo de pepino de mar.

Fuera del agua marina estos animales tienen usos muy diversos. Se ha demostrado su eficacia contra parásitos debido a la lectina, una proteína que tienen. También en muchos lugares es apreciado gastronómicamente, sobre todo en China, lo cual ha provocado que ciertos países tengan periodos de veda con multas importantes para preservarlos de la extinción.

 

Janthina pallida, el caracol azul

En este blog ya dediqué una entrada al curioso hidrozoo Velella velella, la medusa azul. Esta medusa flota en el mar y se mueve gracias a la acción que el viento ejerce sobre su «vela». Cuando el fuerte viento empuja estos animales hacia las playas es habitual verlas varadas en la arena en cantidades muy numerosas. En muchas ocasiones la Velella velella llega acompañada de unos preciosos moluscos gasterópodos de la familia Janthinidae, y que engloba 5 especies.

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Caracol de la familia Janthinidae

La razón de esta compañía es que los caracoles de la familia Janthinidae son depredadores flotadores que se alimentan entre otras cosas de las medusas Velella velella, lo cual les proporciona un inconfundible color azul-violáceo. También es capaz de alimentarse de medusas Physalia physalis, las temidísimas y venenosas carabelas portuguesas.

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Vista superior de una concha de Janthinidae

La concha de los moluscos de la familia Janthinidae es muy fina y fácilmente quebradiza, ligeramente globosa y con cuatro espiras dextrógiras. Los colores son azulados o violáceos con tonos más blancos en su cara frontal.

La principal peculiaridad de este molusco pelágico es que no se arrastra por el fondo marino, sino que vive flotando en el agua a la deriva. Para ello fabrica unas burbujas con sus babas, las cuales quedan endurecidas en contacto con el agua marina. Con un buen grupo de estas burbujas llenas de aire consigue la flotación necesaria para mantenerse en la superficie e ir depredando cuanto encuentre de su gusto.

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Janthinidae elaborando su «flotador»

Cuando encuentra una Velella velella se sube a su base y la perfora para ir devorando al animal poco a poco. Luego se desprende de ella y continua su camino aleatorio por el mar.

Sin duda un animal fascinante, que es el único molusco habitante del Mediterráneo que usa esta curiosa técnica de flotación para desplazarse por la superficie marina.

 

Ulvaceae – Ulva lactuca, lechugas en el mar

Pues sí, la Ulva lactuca es un alga de la familia Ulvaceae que puebla muchísimos mares de todo el mundo, y que no solo debe su nombre coloquial a su parecido con la lechuga común (Lactuca sativa), sino que además es un alga comestible, siendo rica en vitaminas A (el doble que la col), C (ocho veces más que la naranja) y E.

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Ulva lactuca (Foto: H. Krisp)

Tiene múltiples usos fuera del agua, como fertilizante o componente de cosméticos. Al contener aosaína, la Ulva lactuca proporciona un magnífico extracto que ayuda a la regeneración celular y mejora el estado del colágeno. También, al absorber nitratos, se usa como limpiadora de ríos contaminados, en cuyo caso se va renovando y se desechan las usadas.

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Ulva lactuca (Foto: Anyp Reyes)

La Ulva lactuca vive en zonas intermareales (entre líneas de pleamar y bajamar), pero dado que soporta bajas salinidades puede encontrarse en aguas algo más dulces.

Son algas con dos fases de reproducción. Posee ejemplares femeninos (con bordes más oscuros) y masculinos (con bordes amarillentos) en una primera fase reproductora. Después se vuelven asexuales, pero pueden reproducirse en un segundo ciclo por fragmentación.

Sin duda es un alga llena de curiosas propiedades que probablemente nunca imaginamos al verla varada en la playa.

 

 

 

Posidoniaceae – Posidonia oceanica, la reina del mar

Seguramente algunas veces hemos podido bañarnos en el mar ante la presencia de unas algas verdes o marronosas con forma de largas cintas. Pues bien, se trata de la Posidonia oceanica, aunque no es un alga, sino una planta marina que se cree que es el organismo más longevo de la biosfera, y que habita en el Mar Mediterráneo.

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Pradera de Posidonia oceanica (por: Gronk)

Se trata de una planta que crece mediante rizomas que echan raíces en el suelo marino y crecen verticalmente buscando la luz. Cuando la planta se extiende forma semipraderas que, una vez se hacen más densas, se convierten en praderas. Se estima que en condiciones naturales una pradera de Posidonia se extiende a razón de 1cm por año, por tanto tiene un crecimiento muy lento y es vital no someterlas a agresión. Por desgracia la urbanización de las costas ha supuesto una amenaza para esta reina del mar, junto a otros factores como la pesca de arrastre, que supone la total destrucción del lecho marino.

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Pradera de Posidonia en expansión en una localidad costera de la provincia de Tarragona

La Posidonia crece y va cambiando sus hojas durante todo el año, aunque en los primeros meses fríos este cambio es más frecuente. Las hojas jóvenes son verdes y posteriormente se vuelven marrones por ser incapaces de ejecutar la fotosíntesis. Pueden alcanzar más de un metro de longitud. Las fibras que generan los rizomas, combinadas con el movimiento de las olas y las variaciones de las mareas se van acumulando y forman curiosas bolas que ruedan por el fondo marino hasta que son escupidas a la playa y quedan varadas durante la bajamar. Si alguna vez encuentras estas bolas de fibra ya sabes que esa zona cuenta con salud, ya que existe la presencia de praderas de Posidonia. En la siguiente foto se pueden ver dichas esferas, junto a ejemplares de Codium bursa.

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Esferas de Posidonia junto a ejemplares de Codium bursa en Cambrils, Tarragona

La Posidonia se extiende e interconecta mediante rizomas, y genera florescencias hermafroditas. El polen de las flores se vuelve gelatinoso cuando se libera en el agua. Si se produce polinización crecerán los frutos.

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Florescencia de la Posidonia oceanica

Los frutos de la Posidonia, llamados coloquialmente aceitunas de mar u olivas de mar por razones obvias, flotan en el agua hasta que se pudren y se abren, liberando unas semillas que entonces caen al fondo marino. Si se dan las condiciones necesarias generan nuevas plantas que continúan el ciclo vital.

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Germinación

La presencia de esta planta es de gran importancia en nuestras aguas y es habitual en el Mediterráneo. Es un excelente bioindicador, ya que crece únicamente en ecosistemas saludables y filtra las partículas en suspensión generando aguas menos turbias que le ayudan a realizar la fotosíntesis y crecer con más vigor. Además se estima que captura hasta un 14% del CO2 que producimos, a pesar de que vive únicamente en parte del litoral, ya que a más profundidad no hay luz y no podría crecer.

La Posidonia oceanica es capaz de convertir una simple explanada del lecho marino en todo un ecosistema con miles de especies dependientes directamente de la salud de dicha planta. Mis mejores hallazgos se han producido cerca de praderas de Posidonia. Entre sus hojas de movimientos bellos y sinuosos crecen innumerables especies que además custodian sus puestas al sentirse protegidas en el interior de las praderas. Una sola hoja de esta planta marina ya supone un ecosistema en sí, ya que está habitada por hongos, bacterias o microalgas.

 

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Escafópodos encontrados junto a una pradera de Posidonia

La Pinna nobilis (Pinnidae) es un claro ejemplo de especie relacionada con esta planta. Es uno de los moluscos más grandes del mundo, y es habitual que habite en las praderas de Posidonia, con su clásica posición vertical.

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Ejemplar de Pinna nobilis de 22cm encontrada junto a una pradera de Posidonia

Es importante conocer la grandeza de la naturaleza para aprender a amarla y protegerla. Sirva esta entrada del blog para apreciar la importancia de la gran reina de nuestras aguas, la Posidonia oceanica.

Nota: «Oceanica» está escrito sin tilde por tratarse del nombre científico de la planta.

Scaphopoda – Dentaliidae, unos colmillos de elefante en miniatura

Los escafópodos son unos animales que tienen similitudes con los gasterópodos y los lamelibranquios. Su concha es coniforme con una ligera curva que, en algunos casos, puede verse exagerada adoptando forma de boomerang. Como norma general tienen forma de colmillos de elefante, lo cual le ha proporcionado a una de las familias más comunes el nombre de «dentálidos».

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Dentálidos cogidos en las costas de la provincia de Tarragona

Tienen una abertura en cada lado. La más grande les sirve para enterrarse parcialmente con su pie, normalmente en fondos de arena fina o muy fina, también fangosa. La abertura pequeña la utilizan para hacer pasar agua de mar y hurgar entre los minúsculos granos de arena en busca de microorganismos y detritos que comer. Carecen de cabeza en sí misma claramente definida y no tienen ojos, pero tienen unos microtentáculos cerca de su boca llamados captáculos que les ayudan a acercarse los alimentos, los cuales son triturados con su boca en disposición de rádula. (Más detalles de la rádula y una foto microscópica de la misma aquí).

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Diversos escafópodos cogidos en las playas de Málaga y Tarragona

Dentro de la clase Scaphopoda hay diversas familias que viven en mares profundos, pero también las hay que viven en los litorales, como ocurre con la familia Dentaliidae. Si vas a playas de arenas muy finas y ves zonas de aguas muy tranquilas (abrazadas por espigones, por ejemplo) tal vez tengas la suerte de encontrarlos.

Aporrhaidae – Aporrhais pespelicani, un pie de pelícano

La familia Aporrhaidae tiene algunas especies curiosas por su forma, y la más extendida y conocida es la Aporrhais pespelicani, que debe su nombre a la forma que tiene, parecida al pie de un palmípedo.

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Aporrhais pespelicani procedentes de Torredembarra, Tarragona

Su concha es muy robusta, con hasta diez espiras dextrógiras que acaban en cuatro prolongaciones puntiagudas formando el pliegue externo. El canal sifonal también acaba en punta. El pliegue interior protege la cabeza del gasterópodo que la habita.

El color más habitual es amarillento o pardo, aunque en zonas de sedimentos oscuros se pueden encontrar en tonos grises y negros (es el caso del Delta del Ebro, por ejemplo). Conviene recordar que el color de las conchas depende de reacciones químicas que vienen dadas por la alimentación, el hábitat y otros condicionantes. Los moluscos extraen calcio de su alimentación y lo transforman en cristalizaciones que son depositadas por el manto en la concha. Una alimentación uniforme genera una concha de tono uniforme. Una alimentación variada genera conchas de color variado, manchas y patrones diferentes.

La Aporrhais pespelicani vive en suelos sedimentarios blandos, arenosos o fangosos y hasta una profundidad de 80m. A veces es habitada por cangrejos ermitaños, aunque no es muy habitual, ya que su forma les dificulta el desplazamiento.